Post 328: tornen a casa

Los siete astronautas del Atlantis se despidieron hoy del telescopio orbital Hubble que, reacondicionado, continuará dando a la humanidad vistas asombrosas de las profundidades del Universo.


Después de una serie sin precedentes de cinco jornadas de labores extravehiculares a 563 kilómetros de la Tierra, los astronautas liberaron al Hubble a las 12:57 GMT, cuando el transbordador cumplía su órbita 119 sobre el Atlántico, aproximándose a la costa de África.

Unas dos horas antes el comandante del Atlantis, Scott Altman, maniobró la nave hacia la orientación correcta para la soltura del observatorio de 13 toneladas.

Luego se dio la orden para la apertura de la puerta del telescopio, que protege sus instrumentos extremadamente sensibles, a fin de permitir que la luz de las estrellas impresione sus lentes. Y tras esa operación, la especialista de misión Megan McArthur maniobró el brazo robótico del Atlántis dejando al telescopio por encima de la nave antes de soltarlo.

El telescopio, puesto en órbita hace 19 años, estuvo erguido en la bodega del Atlantis, el último transbordador que lo visita para reparaciones y mantenimiento, mientras los astronautas cambiaban baterías, limpiaban mecanismos e instalaban artefactos que mejorarán la capacidad de observación cósmica.

Esta misión ha sido tremendamente interesante, dijo el comandante del Atlantis, Scott Altam después de que el lunes se completaron las labores, con un coste de 220 millones de dólares (162 millones de euros), que incluyeron la colocación de nuevos instrumentos en el observatorio espacial.

Unos 45 minutos después de la liberación del Hubble, el transbordador empezó a alejarse del telescopio, camino de una órbita a aproximadamente 385 kilómetros de la Tierra adonde Altman y sus seis colegas regresarán el viernes.

Hoy fue la astronauta McArthur quien soltó al Hubble, pero fue su colega John Grunsfeld, en su tercer viaje hasta el telescopio, quien le dio la palmada de despedida en la última jornada de labores extra vehiculares ayer, lunes.

Felices travesías, le dijo Grunsfeld al Hubble, según muestra un vídeo grabado ayer. Es difícil no pensar en el Hubble como algo vivo, pero realmente yo lo siento como un amigo.

El Atlantis hizo la quinta misión de transbordador para trabajos en el Hubble, que ha sido asimismo la última de este tipo. La agencia espacial estadounidense NASA retirará de servicio el año próximo su flota de transbordadores inaugurada en 1981, y cuya historia, además de muchos éxitos, incluye también dos naves destruidas y catorce astronautas muertos.

El Atlantis partió desde el Centro Espacial Kennedy el 11 de mayo, y su nave hermana, el Endeavor, ha estado en una rampa de lanzamiento lista para una misión de salvamento si se producía alguna emergencia.

Para realizar los trabajos en el Hubble, el Atlantis ha orbitado a 27.000 kilómetros por hora, muy por encima de la franja en la que permanece la Estación Espacial Internacional (EEI), y si hubiera una emergencia en el transbordador los astronautas deberán esperar el socorro del Endeavour.

En sus casi dos décadas y más de 97.000 órbitas a la Tierra, el Hubble ha proporcionado algunas de las imágenes más asombrosas del Universo, y ha permitido que más de 4.000 astrónomos dirigieran observaciones sobre las cuales se ha calculado la edad del Universo en unos 37.700 millones de años.

Ahora todos los compartimentos para instrumentos en el Hubble están ocupados, algo que no ocurría desde 1993 cuando otro equipo de astronautas retiró un instrumento e instaló espejos de corrección para arreglar la visión, entonces borrosa, del observatorio.

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