La partida del cohete Atlas V ocurrió a las 21.32 GMT, en la tercera oportunidad prevista para la operación después de cancelarse las dos primeras debido a la amenaza de tormentas sobre la Base de la Fuerza Aérea, en Cabo Cañaveral, Florida.
El lanzamiento del cohete también ocurrió en momentos en que la NASA inicia los preparativos para celebrar el 40 aniversario del 20 de julio de 1969, en el que astronauta Neil Armstrong se convirtió en el primer hombre en llegar a la Luna. El cohete instalará en órbita lunar, las cápsulas Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por sus siglas en inglés) y el Satélite Sensor y de Observación de Cráteres Lunares (LCROSS).
La principal tarea de LRO será buscar posibles lugares de descenso para las naves tripuladas que viajarán a la Luna a partir de las próximas décadas. Por su parte, LCROSS dirigirá el segmento superior del cohete Atlas en una trayectoria de impacto sobre la superficie del satélite en una zona cercana a uno de sus polos.
El objetivo es causar una estela explosiva que será analizada con los espectrógrafos de la cápsula para determinar la posible presencia de agua en los polos lunares. También determinará la existencia de elementos como hidrógeno y oxígeno que pudieran apoyar la presencia de futuras misiones tripuladas al satélite natural de la Tierra. Esa estela será examinada por el LCROSS y los telescopios en Tierra y hasta por el observatorio espacial Hubble.
En el contraste con la luz solar, el examen determinará la presencia de hielo en las zonas polares y aumentará el conocimiento sobre la estructura mineral de los cráteres más remotos hasta los que la luz del Sol nunca ha llegado.
Según dijo la NASA, los instrumentos de LRO ayudarán a confeccionar un mapa tridimensional y de alta resolución de la superficie lunar, además de un examen del espectro ultravioleta del satélite. Asimismo, explicarán la forma en que el ambiente de radiación lunar podría afectar a los seres humanos y medirán el nivel de absorción con un material plástico similar a la piel humana.
LRO también explorará los cráteres más profundos, mirará bajo la superficie en busca de hielo e identificará de manera permanente zonas tanto en el lado iluminado como en el oculto de la Luna. "LRO es una nave enormemente avanzada. Sus instrumentos funcionarán de manera coordinada para enviarnos información sobre zonas que esperábamos con ansia recibir desde hace muchos años", indicó Craig Tolley, director del proyecto de ese satélite en el Centro de Vuelos Espaciales de la NASA en Goddard (Maryland).
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